lunes, 16 de abril de 2012
EL TITANIC 100 AÑOS DESPUES, SIMBOLISMO DEL PASADO.
ADIOS SIGLO XX, ADIOS
Hoy 15 de abril se cumple 100 años del hundimiento del Titanic, fecha en que se han celebrado multitud de eventos en casi todo el mundo, que reafirman la fascinación que por este accidente ha habido desde siempre.
Es un accidente con una enorme carga simbólica, que la historia posterior la ha ido llenando de sentido.
Hay multitud de análisis desde la sicología colectiva, la crítica social,(murieron muchos más pasajeros de tercera que de primera), análisis técnicos de todo tipo, pero a mi en esta reseña me interesa sobre todo repasar aunque sea muy superficialmente los distintos simbolismos que tiene este accidente naval.
Desde mi punto de vista el Titanic simboliza sobre todo el hundimiento del siglo XIX, por ello su atractivo, pues el siglo XX ha tenido una fascinación por el siglo XIX, se puede afirmar que todo lo que se teorizó, se elaboró, se preparó durante especialmente los últimos decenios del siglo XIX, se materializó en el siglo XX. O al contrario, todo lo ocurrido en el siglo XX, se preparó, diríamos metafóricamente que bebió en las fuentes del siglo XIX.
El Titanic como simbolismo históricamente retroalimentado, es el hundimiento de la sociedad de clases del siglo XIX, el hundimiento de las viejas potencias europeas delante de la nueva potencia EE.UU., es el hundimiento del optimismo tecnológico del siglo XIX, según el cual el avance tecnológico es siempre positivo para la humanidad. Es la fascinación por los hundimientos de los imperios, las civilizaciones, como por ejemplo la atracción por el estudio de colapso del Imperio Romano, un comportamiento muy reiterado en todos los tiempos y lugares, que conecta con elementos muy importantes de sicología colectiva, que como todo los aspectos de la sicología son muy plurales, pero que entre otros muchos puntos destaco el sentimiento que todos los individuos han tenido siempre, en cualquier tiempo y nación, de que su mundo se mantiene en un equilibrio precario, que en cualquier momento se puede derrumbar y como esos mismos ciudadanos han visto su mundo, nuestro mundo, nuestra sociedad o la suya amenazada.
Existen los siglos numéricos que todos conocemos,los del calendario, pero también están los siglos como periodo de tiempo histórico con una cierta unidad, que además coinciden o no según el marco político en que nos encontremos. Pues el siglo XIX español no coincide por ejemplo con el más general, nosotros tuvimos nuestro propio siglo XIX que acabó mucho antes que el mundial, ya que para nosotros después de Santiago de Cuba y Cavite, todo lo que podía dar de sí ese siglo ya se había dado, en verano del 1898, pero si buscamos una escenificación quedémonos con Paris, 10 de diciembre 1.898, unos funcionarios españoles y el Secretario de Estado Norteamericano firman el final del siglo XIX español, y el carpetazo a cuatro siglos de historia de nuestro país.
El siglo XIX fue un siglo muy extenso desde la óptica de la historia mundial, se inicia el 14 de julio de 1789 con una algarada en Paris que en veinte años incendiaria Europa entera, y acaba unos pocos años después de la fecha que celebramos, el 28 de junio de 1914 en que un extremista Serbio dispara sobre el Archiduque y destruye dos imperios, hunde otras tantas monarquías alguna milenaria, nada volvería a ser como antes. Aunque yo siempre he defendido que el siglo XX nace en un tren blindado atravesando Alemania con prioridad absoluta, y con un solo pasajero y varios acompañantes(Vladimir Ilyich Lenin). Y como en el siglo XX todo pasa por Alemania, el siglo XX acaba el 9 de noviembre del 1989 con la caída del muro de Berlín.
Un siglo, el XX, muy corto pero muy intenso, jamás tanta población del mundo habría prosperado tanto, nunca los cambios sociales afectaron a tan amplias capas de población, pero nunca antes el hombre habría creado infiernos comparables a los creados en el siglo XX, la lista es impresionante, Verdun, Somme, Auswich, Dresden, Hirosima, Campuchea, etc,etc.
El hombre no ha sido mejor en la historia, desde Gengis Khan, al Rey Leopoldo II de Bélgica se han cometido toda serie de genocidios pero al conjugar los peores valores del ser humano con la tecnología que se había desarrollado a partir del siglo XIX, el resultado ha sido espantoso.
En ese punto volvemos al Titanic, una joya de la tecnología del momento, el triunfo del carbón y el acero, un barco con todo el lujo propio de la sociedad de clases del siglo XIX, que acaba hundiéndose contra un iceberg y donde acaban muriendo más de 1500 personas nunca se sabrá su número exacto, pues habían muchos polizones entre los pasajeros de tercera en su gran mayoría irlandeses que emigraban a EE.UU. Ahí tenemos el cambio de percepción frente a la tecnología, después vendría “berta” “V1-V2” “ la bomba atómica”. Tenemos el fracaso que este hundimiento suponía para Gran Bretaña, preludio del fin de la hegemonía de los viejos Imperios Europeos.La tragedia como antesala de los terribles acontecimientos sociales que acontecerán en los años siguientes en todo el mundo respecto a la situación del proletariado y las clases humildes, así al hecho de que murieran, más de tres víctimas de tercera clase por cada una de primera clase, se ha hecho una lectura del naufragio como el naufragio mismo de la sociedad de clases, tal como la habían conocido hasta la fecha. Ahora me acuerdo de una película que recreaba la vida de Coco Chanel y como explica perfectamente el cambio de indumentaria en la mujer burguesa durante la primera guerra mundial y cómo un cambio muy profundo en su forma de vida se evidencia entre otras muchas cosas en algo tan cotidiano, tan intrascendente como es en la forma de vestir, y cómo ese cambio tanto en la vida como en el vestir deviene en irreversible. Incluso la gran concentración de victimas de tercera clase y además irlandesa puede tener también una lectura desde el irredentismo Irlandés, que no muchos años más tarde se independizaría de Gran Bretaña. También es interesante vincular la muerte de personajes muy importantes de la alta burguesía con el futuro Crac del 29 que se llevó por delante familias enteras de ricos y poderosos que habían estado en la cresta de la ola social desde hacía dos siglos.
Creo que la fascinación por esa tragedia ira a partir de ahora diluyéndose, como se va diluyendo los parámetros mentales en que se han movido las personas en el siglo XX.
Al final quedará como la evocación de un pasado, con luces y sombras, las luces de un lujo que aún hoy nos fascina y las sombras de unas clases sociales muy humildes que van en busca de su futuro, un futuro mejor, pero con un camino lleno de penalidades y con innumerables víctimas que se quedaron en el intento.
Otro ejercicio interesante, es buscar cual es el referente simbólico del nuevo siglo, ya ha sucedido, es acaso el 11-S, o todavía está pendiente. Como siempre, serán los acontecimientos futuros los que llenarán de valor simbólico a los acontecimientos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Apreciado Juan Carlos,
ResponderEliminarLa historia de la humanidad siempre estará regida por grandes logros y grandes fracasos. Una eterna lucha entre creencias, sentimientos, lamentos y un sin fin de "humanidades" que nos hacen ser lo que somos. La arrogancia humana llevó al Titanic hasta el fondo del mar y es que incluso su construcción fue secundada desde la torpeza más "humana". Bueno es el recordar, recordar para mejorar, para entender que el espíritu de superación nos motiva en la búsqueda de un mundo mejor, que no todo es blanco o negro y que nuestra "humanidad" aunque imperfecta nos acuna y nos arropa a lo largo de nuestra existencia.
Formamos parte de un todo y "aprendiendo" de él conseguiremos construir el mundo del mañana.
Un fuerte abrazo!
Oscar.